Las redes sociales y las comunidades digitales sólo tienen sentido cuando sus integrantes las sienten suyas y participan activamente. Preferimos las comunidades más activas, sencillas y de calidad. Aquí tienes cinco características a tener en cuenta para que una comunidad digital funcione sobre ruedas.

  • Comunicación: teniendo en cuenta que en una conversación cara a cara, 60-70% de la comunicación corresponde a comunicación no verbal, al participar en un foro es importante cuidar el lenguaje. Desconocemos las circunstancias que rodean a quien nos lee, no todos tenemos el mismo sentido del humor y la tolerancia a las críticas varía de una persona a otra. Cada comunidad tiene sus propias normas. Es fundamental cumplirlas y si estás alterado, deja reposar tu escrito y vete a dar una vuelta antes de publicarlo.
  • Participación: el interés en una comunidad es fluctuante. El acceso de nuevos usuarios a las redes sociales o a una comunidad concreta sigue siempre un perfil similar: primero observa, luego rellena su perfil y comienza a participar tímidamente. Obtiene respuesta y eso lo anima. Se siente agradecido, se entusiasma y es pródigo compartiendo información y participando en los debates que se le proponen. Luego el entusiasmo decae y dosifica su esfuerzo: un usuario experimentado es selectivo y participa sólo en debates y/o grupos señalados. Cuando pasa la novedad y no encuentra motivos para participar, se marcha.
  • Contenidos: accedemos a las redes sociales mientras nos son útiles. Si varias redes cumplen una misma función, terminaremos decantándonos por una de ellas: la más sencilla de utilizar, la que sea más activa o la que se distinga por la calidad de las contribuciones.
  • Compromiso (engagement): Para mantener el interés de los usuarios en una comunidad hay que ser generoso: ofrecer lo que ellos van a buscar, no lo que nosotros queremos vender. No están allí para “conversar”, busca el motivo que los une y asegúrate de responder a esa necesidad.
  • Interconexión: una comunidad aislada está condenada al fracaso. Lo que nos mueve a participar en una comunidad es la afinidad con las demás personas del grupo y, como norma general, nada nos ata. Esto implica autogestión, transparencia, voluntad de sumar esfuerzos. La misma confianza que se muestra a la hora de aportar conocimiento es la que se pide para compartirlo hacia fuera de la comunidad. Además, interactuando en las redes sociales es como más provecho obtendremos, generando inteligencia colectiva. Después de todo, hace tiempo ya que la reputación se mide menos por lo que sabes que por lo que compartes.

 

© imagen: 123 RF Limited, colaboradores o asociados.

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