Una cama de hospital alberga tu cuerpo de niño. Vuelta para un lado. Vuelta para el otro. ¿Cómo te explicamos qué haces ahí? Cuando logramos arrancarte una sonrisa y te animas un poco te fastidia la columna vertebral. Angelito desangelado. No quieres caricias, no quieres zumos. ¡No quieres dos coches con la misma sirena! ¿A quién se le ocurre? Habrá que reclamarle al fabricante. Tu brazo con manguito de venda blanca y vías cogidas hace de remo, lo utilizas para girar y dar miedo a mamá, ¡qué-vas-a-hacer-estate-quieto-no-te-muevas!
Ayer estabas en la terraza tumbado en una silla de jardín, con la almohada asomando por detrás y los pies encima de mamá. Frente arrugada, ojos abiertos como linternas y pelo alborotado de domingo por la tarde.
Tranquilo. No te muevas que ya me voy. Descansa. Y no temas, que estarás de vuelta pronto en casa.
09/08/2006